jueves, 28 de julio de 2011


A veces, me invade un sentimiento antinatural. Un deseo de posesión incontrolado. Una necesidad inhumana de satisfacer un placer prohibido. Es como si un demonio interior me pidiera que rindiera cada uno de mis sentidos a lo más oscuro de mi ser. Me pide que sea egoísta y confiese una verdad dolorosa que me va a liberar a costa de destrozar otra alma.

Y en ocasiones, lo único que puedo pensar al respecto es ¿cuando cederé?

No hay comentarios:

Publicar un comentario