lunes, 11 de abril de 2011

Eres tú

"Eres tú, amor, mis ganas de reír, el adiós que no sabré decir, porque nunca podré vivir sin ti..."

Ni contigo...

Y esa es la única realidad que depara el destino para nuestra particular "canción". Por eso, ya es hora de darle al play para que salté la siguiente pista…

No quiero escuchar la misma melodía, ni que se repitan en mi cabeza los mismos estribillos. No quiero levantarme tarareando la misma música, ni acostarme soñando con la letra de una canción desgastada.

Eres tú mi canción más especial, esa que no puedo sacar de mi mente, la que puedo decir “es mía” porque me describe, explica mis sentimientos mejor que yo misma, me hace sentir, vivir, sacar una sonrisa de mis labios y a veces, en realidad, más veces de las que quisiera, alguna lágrima…

Pero no eres la única canción del repertorio. El mundo está lleno de buena música. Solo me hace falta encontrar alguna que pueda sonar en mi cabeza con más fuerza que la letra que me cantas.

No te diré adiós, porque soy incapaz y seguirás sonando en mi cabeza una y otra vez aunque no quiera, pero dejaré que otras canciones me envuelvan y me lleven a donde el ritmo quiera.

Ya no puedo seguir pulsando por más tiempo el botón de REPEAT…

sábado, 2 de abril de 2011

7 DE MAYO

Un cumpleaños se acerca. Otro más. Y esta vez tengo un deseo. Desearía que este cumpleaños, en lugar de hacerme avanzar un año, me hiciera retroceder un par. Quisiera que me plantara en los 19-20 años, momento en el que decidí que era el indicado para inmolarme emocionalmente.

Si pudiera recuperar esa edad, trataría de corregir tres errores. Ya no tiene sentido que los enumere uno a uno pues eso no cambiaría el hecho de que mis emociones se arruinaron entonces. Primero, reprimí mis emociones, después engañé a mis sentimientos y por último, los regalé. Ese sería un buen resumen.

Ahora, imaginad una cosa. Si un error conlleva una serie de consecuencias, podéis imaginar lo que implica haber cometido tres errores: cargar con una larga lista de consecuencias.

Yo era una gran mujercita. Estaba orgullosa de mi y de mi supuesta racionalidad. Ahora, cada vez que me veo, no puedo más que ver una versión patética de mi misma que intenta corregir unas emociones destruídas.

Sé que en mi cumpleaños, no va a ocurrir ningún mágico suceso que me devuelva a los años que me gustaría, pero hay algo que puedo hacer por mi. Puedo dar un salto que me haga dejar de mirar atrás y empezar a vivir mirando hacia delante.

Utilizando las palabras de una de mis cantantes favoritas, ahora me apetece volar en la vida a favor del viento, encontrar la salida o si no inventarla, vivir los segundos como si fueran horas y navegar por el mundo como sobre olas...

Ya no me quedan fuerzas ni ganas para que mis sentimientos sean los que siguen saliendo mal parados y para eso, hay cosas que se quedarán para siempre aquí...