sábado, 2 de abril de 2011

7 DE MAYO

Un cumpleaños se acerca. Otro más. Y esta vez tengo un deseo. Desearía que este cumpleaños, en lugar de hacerme avanzar un año, me hiciera retroceder un par. Quisiera que me plantara en los 19-20 años, momento en el que decidí que era el indicado para inmolarme emocionalmente.

Si pudiera recuperar esa edad, trataría de corregir tres errores. Ya no tiene sentido que los enumere uno a uno pues eso no cambiaría el hecho de que mis emociones se arruinaron entonces. Primero, reprimí mis emociones, después engañé a mis sentimientos y por último, los regalé. Ese sería un buen resumen.

Ahora, imaginad una cosa. Si un error conlleva una serie de consecuencias, podéis imaginar lo que implica haber cometido tres errores: cargar con una larga lista de consecuencias.

Yo era una gran mujercita. Estaba orgullosa de mi y de mi supuesta racionalidad. Ahora, cada vez que me veo, no puedo más que ver una versión patética de mi misma que intenta corregir unas emociones destruídas.

Sé que en mi cumpleaños, no va a ocurrir ningún mágico suceso que me devuelva a los años que me gustaría, pero hay algo que puedo hacer por mi. Puedo dar un salto que me haga dejar de mirar atrás y empezar a vivir mirando hacia delante.

Utilizando las palabras de una de mis cantantes favoritas, ahora me apetece volar en la vida a favor del viento, encontrar la salida o si no inventarla, vivir los segundos como si fueran horas y navegar por el mundo como sobre olas...

Ya no me quedan fuerzas ni ganas para que mis sentimientos sean los que siguen saliendo mal parados y para eso, hay cosas que se quedarán para siempre aquí...

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